Estás desorientao, y no sabés
que trole hay que tomar
para seguir,
y en éste desencuentro con la fe
querés cruzar el mar
y no podés.
La araña que salvaste te picó,
que vas a hacer,
y el hombre que ayudaste te hizo mal
dale nomás,
y todo el carnaval, gritando pisoteó
la mano fraternal, que Dios te dio.
¡Qué desencuentro!
Si hasta Dios está lejano,
llorás por dentro,
todo es cuento, todo es vil,
en un corso a contramano
un grupí trampeó a Jesús
no te fíes ni de tu hermano
se te cuelgan de la cruz.
Quisiste con ternura
y el amor te devoró
de atrás hasta el riñón,
se rieron de tu abrazo
y ahí nomás
te hundieron con rencor
todo el arpón.
Amargo desencuentro
porque ves que es al revés
creíste en la honradez
y en la moral, ¡qué estupidez!,
por eso en tu mortal
fracaso de vivir,
ni el tiro del final,
te va a salir.